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Clásicos del cine

La princesa prometida

La princesa prometida

Hace un par de días por fin conseguí una película que tenía muchas ganas de ver desde hacía tiempo, porque pintaba muy bien: La Princesa Prometida. Es una mezcla entre cuento de hadas, comedia, película de aventuras... un poco en la línea de Piratas del Caribe (primera parte, bien sûr), que además también salen piratas. Bueno piratas y príncipes, brujos, gigantes, de todo un poco.

 

Todo comienza con un niño enfermo (Fred Savage, el de Aquellos Maravillosos Años) que no para de jugar con los videojuegos. Llega su abuelo (Peter Falk, más conocido por Colombo) y se empeña en leerle un libro, aunque al niño le parezca aburridísimo. En el cuento, la granjera Buttercup (Robin Wright Penn) se enamora de Westley (Cary Elwes) y como no tienen dinero éste decide ir a la aventura para conseguir el suficiente para casarse. Pero en el viaje el pirata Robert lo mata y pasados cinco años ésta se promete con el príncipe. Pero antes de la boda Buttercup es raptada por un delincuente siciliano, un espadachín español llamado Iñigo Montoya y el gigante Fezzik. Pero a la vez son perseguidos por el Hombre de Negro, un desconocido que los vence a los tres y secuestra a la princesa y éste es perseguido (al igual que los demás) por el príncipe, que quiere encontrar a su prometida, a pesar de saber que no le ama.

 

La historia de la princesa no está mal, pero he de decir que mi personaje preferido es Iñigo Montoya, quien tiene que vengar a su padre matando a su asesino y ya tiene preparada la frase que dirá al matarlo: “Hola, mi nombre es Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.” (no podía hacer una reseña de esta película sin incluir esta mítica frase y un video de la mejor escena de la película)

 

Que todos sabemos como va a terminar desde el principio (incluido el nieto) y que tiene unos cuantos fallos en el guión (¿cómo consigue sobrevivir Montoya?) no quita para que sea una película fantástica, divertidísima y realmente para todos los públicos: para los niños será un cuento y los mayores apreciarán los momentos muy divertidos (por absurdos) como la pelea de espadas entre el Hombre de Negro e Iñigo Montoya, el pantano de fuego (“- Nunca lo conseguiremos. - Tonterías, lo dices porque nunca nadie lo ha conseguido antes”), la boda, la conversación entre la princesa y el rey,  etc.

 

Para quien la haya visto ya, decir que está basada en el libro del mismo nombre (no me lo he leído todavía, así que si alguien lo tiene...) escrito por el guionista de la película, William Goldman. El director es Rob Reiner, el de Cuando Harry encontró a Sally y precisamente el protagonista de ésta (Billy Cristal) aparece en La Princesa Prometida, aunque para reconocerlo es necesario un ejercicio de agudeza visual, o mirar los créditos, vamos.

 Una película muy recomendable para pasar la tarde y olvidarnos de todo durante hora y media. En You Tube tenéis la película completa en inglés.

Blancanieves

Blancanieves Hoy es mi cumpleaños (abstenerse bromistas), así que os voy a hablar de una película que me regalaron hace muchos años (mínimo 12) y que se convirtió en mi película favorita: Blancanieves y los Siete Enanitos. La historia es por todos conocida, aunque por si queda algún despistadillo, la resumo:Blancanieves es una huérfana que vive con su madrastra, la Reina, y es tan bella que a pesar de dedicarse a limpiar el castillo llama la atención del Príncipe. La Reina es muy vanidosa y decide preguntar a su espejo quién es la más hermosa del reino, esperando ser ella. Pero el Espejo le responde que hay una más bella que ella, Blancanieves. Celosa, manda al Cazador que lleve a Blancanieves al bosque, la mate y le traiga su corazón. El Cazador en el último momento se apiada de ella y la deja marchar, entregándole a la Reina el corazón de un ciervo. Blancanieves huye por el bosque hasta que encuentra una casita. Se tumba entre varias camitas (que ella piensa que son de niños) hasta que los Enanitos vuelven de trabajar (en una de las mejores escenas, la de la canción de "Hi-Ho") y la encuentran allí. Aunque al principio algunos no estén de acuerdo con que se quede, finalmente le cogen cariño, aunque sea un poco mandona, y se queda a vivir con ellos. Pero la Reina vuelve a preguntar al espejo quién es la más bella y éste le vuelve a contestar lo mismo, así que tendrá que deshacerse de Blancanieves con sus propias manos... ¿Por qué es mi película favorita? Supongo que porque es la primera que vi y porque es buenísima: el doblaje (yo soy de las que prefiere los doblajes sudamericanos, supongo que porque antes todos los dibujos tenían ese acento), las canciones (unas muy bonitas como la que canta Blancanieves en el pozo y otras divertidas como Hi-ho), las escenas, muy bonitas visualmente como la de la Reina convirtiéndose en una vieja, los gags cómicos, en especial los de Mudito (o en la versión que yo tengo, Dopey), el personaje más divertido junto a Gruñón (Grumpy). Bueno, también puede ser porque la representamos hace unos años (en una versión un poco distinta, jeje) en teatro, por eso puse la canción en francés, y nos quedó muy bien. Volvamos con la película. Ésta fue la primera película de Disney (se estrenó en 1937) y también la primera animada con sonido y color. Es considerada una de las 100 mejores películas americanas, la única de dibujos animados tradicionales y por ella Walt Disney recibió ocho oscars, uno normal y siete más pequeños. Si estas navidades estáis aburridos y queréis recordar viejos tiempos, es la película perfecta.

La del camarote de los hermanos Marx

La del camarote de los hermanos Marx

Hace un par de semanas que no puedo ir al cine por culpa de todos los trabajos que tengo que hacer (y porque mis amigos querían ver REC) , así que rescato una película divertidísima para que nos desestresemos un poco "Una noche en la ópera". ¿Qué no sabéis cuál es? Pues hombre, ¡la del camarote de los hermanos Marx!
Pero "Una noche en la ópera" es mucho más que esta escena, en realidad es un no parar de reír. En teoría la historia es una comedia romántica, en la que un pobre cantante de coro de la Ópera de Milán llamado Ricardo quiere conseguir a su amada Rosa, a la que también pretende el famoso tenor Lasparri. Evidentemente esto es lo de menos, porque realmente los protagonistas son, como en todas sus películas, Groucho, Chico y Harpo. Groucho es un asesor de nombre Otis B. Driftwood que aconseja la señora Claypool (Margaret Dumont, que aparece en la mayoría de las películas de los Marx) que done dinero a la Ópera de Nueva York para que pueda contratar a Lasparri. Pero el asesor se confunde y contrata a Ricardo, en la hilarante escena de "La parte contratante de la primera parte..." aunque finalmente no pueden firmar el contrato porque el representante (Chico) no sabe escribir y la pluma del asesor no tiene tinta. Una vez descubierto el error, Lasparri, Ricardo, Rosa, la dama y Driftwood viajan en un transatlántico rumbo a Nueva York. Lo que no saben es que como polizones tienen a Ricardo, su representante y un antiguo ayudante de Lasparri (Harpo) al que éste había echado por disfrazarse con todos los trajes a la vez, metidos en el baúl del asesor. Ya los cuatro y el baúl casi no cabían, pero es que además (después de pedir para comer mil cosas, “y también dos huevos duros”, aparecen camareras, manicuras, fontaneros, una chica buscando a su tía Micaela etc., hasta que Ms. Claypool abre la puerta y salen todos despedidos.

Dejo aquí el relato por si quedan cuatro gatos que no la hayan visto y la quieran ver. Conseguirla es muy fácil, en YouTube puedes encontrar la película entera (en inglés, of course) pero en castellano están los mejores momentos: el del contrato, el del camarote y el de las camas. Para los que ya la hayan visto pero la quieran volver a disfrutar, se la pueden ver en inglés, que es lo que yo estoy haciendo mientras escribo esto, e increíblemente me estoy enterando, también puede ser que la haya visto tantas veces que casi me sé los diálogos.

Con esta película no puedes parar de reír desde el primer momento, con la frase de “todo me recuerda a usted, excepto usted” y las presentaciones inacabables. Además de las que he ido contando, otras escenas geniales son la de las camas, cuando intentan volver loco a un policía que les anda buscando, la de la guerra de batutas y los pequeños problemillas con el telón del final. Es curioso que a pesar del tiempo que ha pasado desde que se estrenó (fue en 1935) seguimos riendo igualmente.

El único fallo que le veo yo a las películas de los hermanos Marx en general son los larguísimos números musicales, que una vez leí que eran obligatorios, para que los músicos americanos no se quedasen sin trabajo con el paso del cine mudo (cuando acompañaban a las películas en los cines) al cine sonoro y también para aprovechar que eran buenos músicos como vemos en la escena del baile en la que Chico toca el piano y Harpo el arpa. Un esta película casi es imposible que no haya números musicales (al fin y al cabo trata el mundo de la ópera) pero por ejemplo el dúo entre Ricardo y Rosa sólo se salva por el momento en el que el asistente se pone a darle besos a todo el mundo.
Para terminar, una curiosidad: la ópera que cantan al final es Il Trovatore, de Verdi, que tiene como escenario la Aljafería.

Belle Époque

Belle Époque

Antes de comentar un poco esta película, tengo que hablar de por qué la he elegido precisamente hoy. Y es que el mundo de la cultura (y en especial del cine) está esta semana de luto por la muerte de uno de los grandes: Fernando Fernán-Gómez, gran actor, director, escritor, dramaturgo y seguramente algo más que me dejo. Por eso quería hoy hablar de alguna de sus películas, pero no sabía cual elegir: El abuelo, La lengua de las mariposas etc. así que comentaré la que va a poner la 2 esta noche y que os recomiendo: Belle Époque.

Al revés que en la de la semana pasada, el 99% habréis oído hablar de ella y unos pocos menos (pero pocos) la habréis visto, pero nunca viene mal hacer un recordatorio, sobre todo para los de mi generación o posteriores (yo tenía 3 años cuando la estrenaron) que quizá se la hayan perdido.

La trama comienza con  un cartel que nos cuenta el fallido intento de proclamar la República en el cuartel de Jaca y la huida de uno de los soldados, Fernando (Jorge Sanz, que a mi no me convence, pero para gustos están los colores). Éste, tras un encuentro con unos guardias civiles que se acaban matando, se refugia en la casa de un pintor ( Fernán-Gómez), y cuando ya se iba, conoce a sus cuatro hijas, Rocío (Maribel Verdú), Violeta (Ariadna Gil), Clara (Miriam Díaz-Aroca) y Luz (Penélope Cruz) y el chico no puede hacer otra cosa que volver a la casa y enamorar a todas las hermanas.

La película recibió un Oscar (sí, en la ceremonia en la que el director, Fernando Trueba, dijo aquello de "Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder") y nueve Goyas, además de algunos premios más.

En cuanto a los actores, como ya os podéis imaginar la calidad es bastante dispar: la cosa está entre dioses que diría Pilar Bardem y otros que no lo son tanto, pero en general están bastante bien y hacen que sea una película entretenida, quizá no tantísimo como para darle todos esos premios, pero sí para pasar un rato divertido. Otra cosa que me gustó mucho cuando la vi (ya hace tiempo pero todavía me acuerdo) es el decorado, el vestuario etc. todo ambientado a principios de los años 30 (por mucho que el título parezca indicar que es anterior) y muy bien hecho. Recuerdo también que me llamó la atención uno de los personajes secundarios, la madre, que si no me equivoco es Mary Carmen Ramírez, que tiene un aire a la Bianca Castafiore de Tintin (a lo mejor son cosas mías, vale) y es uno de mis roles preferidos de la película.

Uno de los momentos más divertidos es el del baile de carnaval, en el que Violeta disfrazada de soldado hace bailar un tango a Fernando, disfrazado de criada, y él no quiere que ella le lleve. También es gracioso cuando el novio de Rocío (Gabino Diego) le dice al cura que quiere apostatar a ver si así lella le hace caso.

Acabo ya, y lo dicho, aprovechad que ponen una buena película en la tele y a disfrutarla.